Escuadrón Supremo nº 2 y la Civil War
Que Escudrón Supremo, la etapa escrita por Gruenwald en 1986, es la base argumental y narrativa del crossover Civil War es innegable, es suficiente ver la portada del número 12 y su título Civil War!
Solo encontramos una diferencia entre ambas sagas, mientras la elaborada por Gruenwald es todo un clásico lleno de aciertos que todavía hoy perviven, el último crossover de Marvel es un ejercicio comercial que cae aplastado por el peso de su execrable calidad.
En el número 1 del Escuadrón Supremo, reseñado en este mismo blog, lo habíamos dejado con el Escuadrón Supremo llevando a cabo su Programa Utopía, sirviéndose para ello de la máquina modificadora de la conducta. Con el objetivo de mostrar una transparencia en su gestión política, social y ética se habían desenmascarado dejando ver al mundo quien se escondía detrás de la máscara. Habían construido Squadron City, una ciudad con todas las comodidades posibles para ser habitada por el Escuadrón Supremo y sus familiares.
No todos los miembros del Escuadrón apoyaba la gestión científica de modificar la conducta a todos aquellos disidentes al poder establecido, la suma de nuestras virtudes y defectos forman nuestra personalidad, y la capacidad de reflexión de la mente constituye la libertad del ser humano. Había miembros, como Halcón Nocturno –paradigma de Batman- que tomaba nota del presidente Thomas Jefferson y prefería no sacrificar esa libertad por la seguridad del mundo, planteamiento que será utilizado muchos años más adelante en el crossover de Marvel Civil War.
La división de los miembros de Escuadrón Supremo supone una auténtica guerra civil de la que tomarán partido de un bando u otro el resto de personajes.
Halcón Supremo solicita la ayuda de Mente Suprema –recuerden, el Super villano de la saga anterior elaborada por Steve Englehart- para que le ayude a deshacer el Programa Utopía, pero el villano tiene sus planes. Aquí surge un problema argumental en la historia, se divide en dos tramas que al final terminan conjuntándose, por una parte el plan llevado por Mente Suprema, y por otra el dirigido por Halcón Nocturno.
Mente Suprema pretende reemplazar a Hiperión por otro ser físicamente igual, y someter al grupo a sus decisiones sin que se enteren. Trama que es demasiado similar a la elaborada por Steve Englehart –la cual comentamos en un post anterior-.
La pretensión de Halcón Nocturno es la de introducir dos agentes dobles en Squadron City, robar los planos de la maquina que modifica la conducta y revertir sus consecuencias.
La trama de Gruenwald tiene los suficientes giros de guión para no repetir nada de lo anteriormente hecho, logrando además que no sea predecible para el lector.
El guionista tiene algunos elementos a su favor, al tratarse de una obra englobada en un universo paralelo al de Marvel, lo que significa que no debe acondicionarse a ninguna singularidad psicologica prescrita en una biblia de guión, de esta forma puede terminar con la vida de cualquier personaje, o adaptar a un miembro del Escuadrón con aspectos psicológicos totalmente humanos, y lo que ello significa: celos, odios, rencores…
Este comportamiento humano de los (anti)héroes y la libertad del guionista para hacer con ellos lo que quiera, ocasiona una historia no predecible, que se distingue del resto de títulos de Marvel que el lector augura lo que va a suceder en la siguiente página.
En este segundo volumen que cierra la saga, además de continuar los planteamientos ya sugeridos en el anterior, entra en acción una nueva controversia ética.
Si en el párrafo anterior comentábamos las licencias que hace uso el guionista para desarrollar su historia, privilegios que en su día el guionista británico Mike W. Barr aplico con acierto en el clásico Camelot 3000, también podemos recurrir a los autores cinematográficos –también británicos- Michael Power y Emeric Pressburger cuando fueron censurados por sugerir que el bando aliado durante la Segunda Guerra Mundial hacía uso de los mismos métodos que los nazis, lo que colocaba a ambos bandos al mismo nivel.
Mente Suprema considera que la única forma de destronara al Escuadrón Supremo es utilizando sus mismos métodos de lucha, para Halcón Nocturno eso pondría a su bando a la misma altura, cuando su rebelión resulta por ponerse en contra de los métodos utilizados por sus ex compañeros.
Solo, y sería desde mi punto de vista, Gruenwald comete un error moral, el considerar que la ilegalización de las armas atenta contra los derechos humanos, contra la constitución y contra la posibilidad de defenderse el hombre. Cuando Halcon Nocturno logra que en su mundo se legalicen las armas, es tomado como un triunfo de la democracia. Tal vez Gruenwald debería reflexionar, sino lo ha hecho ya más de veinte año después, su definición de libertad.
Sobre el dibujo no hemos comentado nada porque vale lo expresado en el anterior post dedicado a Escuadrón Supremo.
Título: Escuadrón Supremo 2 de 2
Editorial: Panini
Sello: Marvel Gold
Elaboración: Rústica
Páginas: 176, color
PVP: 12.25