Daredevil de Frank Miller: Condenados. Parte 1
Panini Marvel continua publicando la etapa de Daredevil en manos del guionista y dibujante Frank Miller, compaginando el dibujo en muchos casos con Klaus Janson, o en el guión con Roger McKenzie. Que sin restarle mérito al bueno de Miller no hay que olvidar la contribución de un autor como Janson, no solo en la mejor etapa que del personaje se haya publicado, si en uno de los periodos más sobresalientes del género de superhéroes.
Llegamos al quinto volumen, germen de lo que falta por llegar, la saga de Born Again y el relato Ruleta. La primera, unas de las cimas del cómic mainstream, y el segundo, una de las mejores reflexiones que se hayan hecho sobre el universo concebido de sujetos con mallas y máscaras.
Aún así los títulos que recogen este volumen no desmerecen, y en ellos Frank Miller alcanza buena parte de su madurez artística y la del propio personaje.
Al comentar los detalles de este volumen se dará el caso de que adelantemos información que pudiera chafar a aquel lector que desconoce esta etapa, si es así y continúa leyendo, corre el riesgo de que le desvelemos los giros de guión. Caso contrario, será suficiente saber que este volumen junto a los otros cuatro y al último que falta componen una de las series, dentro del género de superhéroes, más importantes de la historia del cómic marveliano, y que por supuesto es de compra obligada.
La compilación a la que denominan Condenados, recoge los números, de la serie regular americana de Daredevil, que van desde el 180 al 185. Que a pesar de tratarse historias conclusivas, la evolución de los personajes continúan haya donde se dejaron en el número 179. Como cualquier serial, sea en viñetas como en imágenes en movimiento, es complicado no encontrar altibajos o por lo menos no advertir algún que otro aspecto nocivo.
El número 180, que da título al volumen, Los condenados, la alegoría del descenso al averno del enmascarado esta presente, algo que Miller explotará más adelante, en esta ocasión es una bajada a un infierno físico, un submundo debajo de las alcantarillas que esta poblado por seres mutantes que podrían ser demonios, gobernados por un sujeto sentado un su trono que interpreta al mismo rey de las tinieblas.
El mundo subterráneo, los mutantes condenados al que se refiere el título, el apodo del nuestro héroe, y Vanesa –esposa de Kingpin- condenada, forman los elementos de la parábola de Miller.
Pero desde un punto de vista muy subjetivo, me saca de la historia ver a Daredevil con la pierna escayolada y con muletas, incidente que no ocasiona ningún retiro temporal del héroe. No tengo claro el objetivo de su autor, si se trata de un punto socarrón o de alguna metáfora que no pillo, pero afortunadamente la escayola desaparece más adelante como si nunca hubiera existido.
Llegamos al número 181, La última mano. La joya del volumen, en él, Miller mata al personaje que creó para esta colección Elektra. Para que después Marvel, a pesar de las protestas de su autor, lo resucite en un alarde con pretensiones económicas, desdeñando la calidad de la obra y desestimando la inteligencia del lector, pero esto es otra historia.
La última mano tiene dos momentos sobresalientes, pero de difícil interpretación, al menos uno de ellos.
El primero se trata de la muerte de Elektra, narrado magistralmente por su autor, sin apoyos literarios, logrando un gran efectismo sin necesidad de utilizar un gráfico ultra realista y mucho menos componiendo planos generales a doble página, como se suele hacer hoy día.
Uso de viñetas y composiciones verticales a las que ya nos tenía acostumbrados Miller, viñetas que muestran solo una fracción de la acción dejando el resto fuera de cuadro, para que la imaginación del lector haga el resto.
Terminando la secuencia con el cadáver de Elektra en brazos de Matt Murdock, a contra luz para que no le veamos la cara, y una ultima viñeta con el primer plano de los rostros de los transeúntes, en ellos se refleja lo que Miller no necesita seguir mostrando.
El otro instante al que hacíamos alusión se refiere al intento de asesinato de Bullseye por parte del mismismo Daredevil
–No, no Matarás a nadie más… ¡… Jamás!-. Estas palabras que pronuncia Frank Miller en boca del enmascarado encumbre un intento de asesinato, cuando Daredevil deja caer desde las alturas a Bullseye. La fe perdida en la justicia y el anhelo de venganza le hace proceder de esa forma, (des)afortunadamente, el villano queda vivo, debido al interés de la editorial de conducirse en lo políticamente correcto, por el contrario de las intenciones del personaje.
En lo sucesivo Daredevil nunca revelara ninguna clase de arrepentimiento, fariseicamente continuara en los siguientes números haciendo pedagogía, enseñando que no debemos tomarnos la justicia por nuestra mano, salvo que seamos Daredevil.
Esta faceta contradictoria de su creador, Frank Miller, se advierte a lo largo de su obra, la cual ha convertido al artista e un autor con tendencias fascistoides. Aunque es cierto que un título como Ruleta, que cierra esta magnifica etapa del enmascarado ciego, sirve como obra redentora para el personaje y su autor, pero eso lo veremos cuando llegue el momento.
Debido a la extensión e importancia de este título, continuaremos en otro post nuestros comentarios sobre Condenados.
Titulo: Daredevil: Condenados
- Editorial: Panini
- Sello: Best of Marvel Essentials
- Elaboración: Rústica
- Páginas: 288 color
- PVP: 18.95
- Autores: Frank Miller, Roger Mckenzie, Klaus Janson
Fotos: editorial Panini