La bicicleta roja, pura poesía

La bicicleta roja 1

Desde hace un tiempo se va viendo en los centros de distribución de comics, la obra titulada La bicicleta roja. Intrigado por su portada, escueta y aun así muy expresiva, de un cartero con su bicicleta, me adentré a explorarlo llevándome una grata satisfacción.

La bicicleta roja, escrita y dibujada por Kim Dong-Hwa, tiene un hilo argumental que gira en torno a un cartero. Pero no es un cartero cualquiera, este cartero moviéndose de un lado para otro con su bicicleta roja, da servicio a la población de Yahwari, situada en la Corea profunda. El cartero en su devenir ira contando el encuentro siempre significativo, con cada habitante del pueblo.

Entre ellos encontraremos a:

Un poeta que se siente muy satisfecho por el servicio postal y para agradecérselo al cartero le deja poemas en el buzón, las gentes del mercado del pueblo, el vecino que tiene una casa amarilla o la de aquel otro que tiene una casa llena de perros y así sucesivamente. Para todas estas personas la visita del cartero significa una conexión con el mundo exterior, ya que su aldea está muy aislada del mundanal ajetreo.

Kim Dong-Hwa intenta trasmitirnos un paisaje y escenas aparentemente sencillas pero cargadas de un significado profundo. Esto nos pudiera recordar a la filosofía o estética Zen, donde menos es más y los espacios livianos, no solo no nos hacen añorar que falta algo sino que nos trasportan a un estado de relajamiento donde la creatividad y el buen ánimo pueden fluir sin ningún obstáculo.

Pues así es La bicicleta roja, toda una serie de páginas que nos sumergen en historias sencillas con gente sencilla, aliñado todo con una gran elocuencia y emotividad.

Todos los tomos de esta obra, la forma de narrar y el grafismo, nos hacen pensar también en la poesía, donde todo esta estudiado y medido, como una cadencia con el fin de sostenernos en un apacible oleaje; que bienvenido sea con el calor que aprieta.

Descubrir este nuevo manga que ya va por el número 4 y publicado por Planeta DeAgostini, sin duda os relajará sobremanera y quizá desempolvéis la bici del trastero. Sí, esa de carreras con las ruedas deshinchadas o la de montaña que en la vida ha pisado la montaña.

La bicicleta roja 4

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