Batman: El rastro de la pólvora

Batman, rastro de polvora

Ann Nocenti es una guionista de poco éxito que durante su corta carrera en los cómics –a pesar de haber nacido en 1957- ha tocado la denuncia social, con mejor o peor fortuna, por encima del espectáculo.

No sé si el usar un medio como el cómic para denunciar los errores de tu propio gobierno es causa suficiente para que no te sigan encargando guiones pero desde mi punto de vista Ann Nocenti nunca ha tenido la calidad suficiente –independientemente de su valentía en la temática a tratar- para hacerse un hueco en el medio, y eso que ha tocado, tanto en Marvel como en DC, personajes estrellas.

Durante el 2003 regresó nuevamente al cómic e hizo pareja con el dibujante Ethan Van Sciver, este último autor con un trabajo donde prima el espectáculo y la comercialidad por encima de todo.

El resultado es Batman: El rastro de la pólvora, intento de DC de aunar la denuncia social con la comercialidad.

El título, “rastro de pólvora”, es suficientemente ilustrativo para que el lector se haga una idea de su temática, la legalidad o no de que un ciudadano americano pueda poseer armas, debate abierto en los EEUU durante muchos años, causa de una constitución “caduca” con una enmienda sobre la libertad del individuo a poder defenderse, una ley posiblemente válida en el siglo XIX durante la colonización del oeste, pero que en pleno siglo XXI su defensores carecen de argumentos sólidos para escudarse en ella.

Comic Batman

La cultura de la posesión de armas esta muy arraigada en el país mas adelantado del mundo, el debate ha sido tocado otras veces en el cómic, recordemos Daredevil: Ruleta rusa, pero nunca tan explícitamente como en El rastro de la pólvora.

La autora no duda en colocar un debate televisivo donde dos contertulios exponen sus “pros” y “contras” a la ilegalización de las armas, y además lo hace nada más comenzar la historia. No dudamos de las buenas intenciones de Ann Nocenti, que también ha expuesto los argumentos “siempre clichés” de aquellos que las defienden, para que de esa manera nadie se sienta excluido de la historia.

Pero la forma de hacerla es pesada, aburrida y difícil de que cale en un lector joven, que seguramente vaya saltándose aquellas viñetas donde la autora nos suelta todo el “tostón”.

La historia es sencilla: un tipo ha inventado lo que parece ser la pistola infalible, nunca falla su blanco. Contratan a Catwoman para que la robe, y por otra parte –solo sale en un par de viñetas- Batman pide a Catwoman que destruya esa arma porque si se construye en cadena aumentara el nivel de violencia en las calles.

Ambos personajes representan un lado y el otro de la legación de las armas. Finalmente Catwoman descubrirá en primera persona el daño de que las armas pueden hacer si lleguen a cualquier mano.

Durante la obra, se nos muestra también algunos casos concretos de familias destrozadas por haber estado un  arma en posesión de un menor, al igual que se nos recuerda constantemente que en los EEUU mueren diez niños al día por arma de fuego.

La autora pretende concienciar al lector de lo peligroso que son las armas para los niños, aunque debería haber recordado más veces, que son igual de peligrosas en manos de un adulto, un anciano, un hombre o una mujer. No creo que con la “sensiblería” de mostrar los efectos de un arma en un niño sea argumento suficiente para vencer a los opositores de su ilegalización.

Buenas intenciones de la autora, pero un desastre la forma de exponer el tema, con una narrativa insoportable y un argumento carente de suspense. El aspecto gráfico se salvaría por los pelos, pero eso da igual si ya en las primeras páginas uno está bostezando.

Título: Batman. El rastro de la pólvora
Autor: Ann Nocenti / Ethan Van Sciver
Editorial: Planeta DeAgostini
Sello: DC
Elaboración: Cartoné. Color.
PVP: 11.95

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