Hellboy, su origen

Cuando Guillermo del Toro nos presentó su magnífica Hellboy, los ojos de medio mundo se volvieron hacia una especie de héroe-antihéroe que causaba más miedo y respeto que simpatía. O al menos esa fue la primera impresión que se tuvo de aquel Hellboy porque con el transcurrir del metraje de la película, poco a poco fuimos descubriendo a un ser afable y muy humano. Sin embargo, la humanidad de Hellboy se transformaba cuando de enfrentarse a los «malos» (sean vampiros, hombres-lobos u otros monstruos) se trataba.

Hellboy 

Hellboy nació de la mano de Mike Mignola en el año 1993 en el San Diego Comic con Comics #2 de la editorial Dark Horses. Quien sabe si influenciado por Clint Eastwood y su Harry el Sucio, lo cierto es que Mignola le dio un aire a Hellboy a lo Harry; una tremenda frialdad y una justicia a flor de sus armas que aplica sin perdón para ninguno de sus rivales. Una suerte de cómic de cine negro, con lugares lúgubres, con rincones sucios y avejentados en calles perdidas, y mucha violencia.

Pero curiosamente, la historia del personaje se ha basado en muchas leyendas de países del Este como Rusia o Rumanía, pero también de Noruega o Irlanda. Según cuenta, Hellboy fue invocado por Rasputín, quien buscaba el arma definitiva para que los nazis vencieran en la Segunda Guerra Mundial. Fue el proyecto Ragnarok. Sin embargo, algo salió mal, y aquel arma definitiva, aquel pequeño monstruo fue capturado por los norteamericanos, quienes lo cuidaron desde niño hasta que lo convirtieron en un miembro casi indestructible de la Agencia de Defensa e Investigación Paranormal.

Aquel personaje que resultó ser un monstruo con un alma humana se ha convertido en uno de los superhéroes del cine que más éxito está teniendo. Dentro de poco podremos ver su segunda parte en la gran pantalla. Aquí podéis ver la trama de Hellboy 2 que se estrena en España el 29 de agosto, y aquí el poster de la película.

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